Me.

Brilla diferente y eso asusta a cualquiera.




Raquel Reitx.

sábado, 28 de marzo de 2020

En tiempos de guerra.

Estamos a centímetros.
No puedo tocarte, besarte y ni siquiera puedo oler tu piel. 
Mis dedos no rozan tu espalda y mi tez no se eriza con tu contacto.
Mis labios no desgastan tu cuello y mis ojos no ven como te quedas dormido en mi pecho. 
La proximidad puede enfermarnos, pero quién no caería en esa condena con tal de consumir tus labios. 
El veneno atraviesa los poros y se posa en tus pulmones. La cautela debe adueñarse de nuestro juicio. 
Nos convertimos presos de nuestro propio hogar huyendo de algo etéreo. 
Buscamos la cura aun sabiendo cual es el remedio. 


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La gente se obceca pierde el control de la situación y comete errores. Pero el mayor error de todos... es saber cual es el error e ignorarlo.