Me.

Brilla diferente y eso asusta a cualquiera.




Raquel Reitx.

jueves, 9 de enero de 2020

Lady Camelot.

Creo que hoy voy a contaros un cuento.

La historia trata de una princesa.
Una bella doncella que se enamora perdidamente de un avispado lobo feroz.

Su larga melena rozada su espalda mientras caminaba por los preciosos e inmensos pasillos de su castillo.
Dormía en la torre, allí donde el sol azotaba las largas tardes y contemplaba el amanecer día tras día encontrando respuestas a todas sus incertidumbres.
Una tarde de verano, paseando por los jardines de esa ciudad, conoció al lobo que la acechaba esquina tras esquina buscando su punto flaco para poder atacarla y robarle lo más preciado, su corazón.
La agasajó con ilusiones falsas y " Te quiero" en voz baja.
Su corazón se llenaba de dicha cada vez que la besaba o acariciaba su mano. La agarrafa tan fuerte que incluso le costaba respirar.
Pero tras tanto amor la princesa no sabía que se escondía engaños y promesas de medio pelo.
Las sonrisas y las risas se transformaron en ceniza la cual bañaba cada rincón de su bello castillo.
El sol se heló y el lobo feroz se proclamó el rey.
La bella doncella, encerrada, entre cuatro paredes. Lloraba la ausencia de su amiga felicidad y albergaba la idea de que la luna la rescatase cada noche de esa pesadilla que jamás devió de comenzar.

Una tarde, tras un largo paseo en un verano agotador, a lo lejos divisó una luz, tan bella, tan hermosa que cegaba cualquier mirada.
Era la flor más bella jamás vista.
La rozó con las yemas de sus dedos. Exhaló su perfume y cautivó su alma.
La deseaba tanto que la simple idea de arrebatarle la vida congelaba su alma. Pero una parte entró e su cuerpo y se apoderó de ella.
Lo llamó coraje y le arrebató todo el miedo que paralizaba su voluntad.
Expulsó el veneno, desterró al lobo feroz.
Ahora vive con valentía, con entusiasmo y sobretodo con amor, pero a ella misma.

Sonríe, aunque el sol no azote su ventana, aunque el viento golpeé su larga cabellera.
Se ríe a carcajadas aunque la tormenta esté a las puertas a punto de derrumbar su guardia.

Porque es ella ahora la dueña de su vida.



La gente se obceca pierde el control de la situación y comete errores. Pero el mayor error de todos... es saber cual es el error e ignorarlo.